jueves, 1 de enero de 2009

01.01 Dedica un tiempo a tu Padre

Lee la Palabra

Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.

2Timoteo 3:14-17 (NVI)


Reflexiona la Palabra

¿ESCUCHAS a los que amas? ¿Dedicas tiempo a aquellos a los que quieres?.

En la sociedad en la que vivimos es demasiado frecuente que, si contestamos con sinceridad, digamos que no. Las excusas son muchas. Las hemos oído. La más frecuente, es, seguramente, la falta de tiempo.

Es curioso que en esta vida en la que tenemos tiempo para tenerlo todo y comprarlo todo, no tenemos tiempo para dedicar a los que más nos necesitan, para gastar en los que más queremos. ¿Qué clase de mundo estamos construyendo que aparta el amor verdadero por la comodidad egoísta?.

Y si hacemos esto con nuestra familia, con nuestros amigos, ¿qué no haremos con el que más nos ama, con el que nos ha creado?. ¿Dedicamos tiempo a escuchar la Palabra de nuestro Padre?, ¿sacrificamos parte de nuestros minutos para estar a solas con él y orarle?.

Fíjate: Dios, sin tener ninguna necesidad nos ha creado; sin tener ninguna necesidad nos ha hablado, y sin tener ninguna necesidad nos acompaña diariamente. ¿Hay alguna prueba mayor de amor incondicional?.

Y sin embargo nosotros ¿cómo respondemos?, ¿dándole la espalda?. Estamos demasiado ocupados con cosas de humanos, con temas temporales, con todo aquello que dejaremos aquí, y nos olvidamos de nuestro Dios y de nuestra salvación.

¡Dedicamos demasiado tiempo adorándonos y tan poco alabando al Padre!

¡Saca tiempo para escuchar al Señor!. La palabra de Dios es la mayor compañera que podemos tener en nuestra vida, pues nos guía como tan sólo un padre puede guiar: nos enseña y nos instruye en lo que es justo, pero también nos reprende y nos corrige nuestros errores.

Aceptar el camino que Dios nos ha trazado, aceptar a Jesucristo y convertirnos en instrumentos del amor de Dios es algo que hemos de construir diariamente.

Y sólo en la Palabra de nuestro Padre encontramos la respuesta.

Tiempo de oración

Padre mío, ¡cuántas veces invento todo tipo de excusas para no cumplir contigo y con tu Palabra!, ¡cuántas veces pienso más en mi y en mi comodidad y menos en ti o en los que me necesitan!. Ayúdame Padre a leer tu Palabra y dame fuerzas para que sea mi guía, para que lleno de ella pueda convertirme en un instrumento de tu amor para los demás. Porque Tú eres todo amor y tu Palabra una guía para compartir tu amor. Amén.

Tiempo de meditación

Pon el video musical y medita, en silencio y con los ojos cerrados, la Palabra de Dios de hoy. El video corresponde a ‘Be still my soul’ del compositor finlandés Jean Sibelius, pieza cantada por el coro del Tabernáculo de los mormones, uno de los mejores coros religiosos del mundo. Esta maravillosa canción dice: “apaciéntate alma mía, el Señor está de tu lado. Deja que cambie y provea, porque en cada cambio, él te seguirá fiel’. ¡Que la Palabra te permita ser fiel tú tambiél a Él!.

¡Entra en acción!

Dedica un tiempo al día para leer la palabra de Dios. Para ello puedes:

1) Reservar en tu agenda unos diez minutos al día para leer la Palabra, elige un lugar tranquilo y reposado, puede ser un rincón en tu propia casa, en una iglesia, o, por qué no ¡en el transporte público!, ¡sólo tienes que llevarte tu reproductor con una música relajante!. Si quieres saber más sobre la oración, visita el apartado de oración de mi blog ‘Vida de santidad’. ¡Clica aquí!

2) Mirar en tu Biblia o en internet un plan para leer la Biblia en un año. ¡Hay muchos de ellos!. Pon en tu buscador web “Biblia en un año” y escoge el que más se adapte a ti.

3) Estrenar un cuaderno para ir anotando cada día los pasajes de la Biblia que has leído y las conclusiones y pensamientos que te traen a la mente. Apunta también la forma en que los tienes que aplicar en tu vida, admite los fallos que tienes y crea un plan para corregirlos diariamente. Puedes hacer cuatro columnas: pasaje, reflexiones, errores, y compromisos.

Palabra para llevar contigo

¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella. Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos porque me pertenecen para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros porque medito en tus estatutos. Tengo más entendimiento que los ancianos porque obedezco tus preceptos. Aparto mis pies de toda mala senda para cumplir con tu palabra. No me desvío de tus juicios porque tú mismo me instruyes. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca!. De tus preceptos adquiero entendimiento; por eso aborrezco toda senda de mentira.

Salmos 119:97-104 (NVI)


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Los versículos están sacados de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional™. NVI™ Copyright © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.

‘A solas con el padre’ está basado en el devocional de la Iglesia Metodista Unida ‘El Aposento Alto’. Puedes visitar su página web en: http://www.upperroom.org/elaposentoalto/

Este devocionario sigue una línea cristiana, protestante y metodista wesleyana. En España tienes dos iglesias de raíz wesleyana. La Iglesia Metodista ubicada en Barcelona, Sant Cugat del Vallès y Girona; y la Iglesia del Nazareno que está en Madrid. Si quieres saber más puedes visitar sus páginas web: http://www.metodista.es y http://www.nazmadrid.org/

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