lunes, 5 de enero de 2009

05.01 Haz que brote agua viva de nosotros

Lee la Palabra

En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: --¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva. Con esto se refería al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que creyeran en él. Hasta ese momento el Espíritu no había sido dado, porque Jesús no había sido glorificado todavía. Al oír sus palabras, algunos de entre la multitud decían: "Verdaderamente éste es el profeta." Otros afirmaban: "¡Es el Cristo!" Pero otros objetaban: "¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea? ¿Acaso no dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David, y de Belén, el pueblo de donde era David?" Por causa de Jesús la gente estaba dividida. Algunos querían arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima.

Juan 7:37-44(NVI)


Reflexiona la Palabra

Estamos en una sociedad que tiene sed de Dios. Mucha gente busca y tiene sed, pero no encuentra. No sabe escuchar a Dios en su corazón, no sabe dejarse llevar por el Espíritu y se encuentra perdido, confundido, en busca de una felicidad que nunca acaba de alcanzar.

¿Cuál es el papel de aquellos que hemos bebido de la fuente de Cristo? ¿cuál es la obligación de aquellos que decimos estar en la paz de Dios? ¿qué tenemos que hacer los cristianos en esta sociedad que ha perdido la referencia de Dios como padre, compañero y guía?. Los cristianos debemos transmitir el agua viva que Cristo nos pide en este pasaje. Para ello tenemos la gran responsabilidad de ser ejemplos de vida en Cristo, ejemplos de fe en Cristo y ejemplos de santidad de vida.

¿Somos ejemplos de vida en Cristo? ¿seguimos lo que él nos dejó? ¿tenemos una fe inquebrantable? ¿practicamos lo que proclamamos?. ¡Cuántos cristianos hoy en día hablan de su Fe y de su vida autoglorificándose como si ellos mismos fueran Dios, menospreciando al que no está en Cristo, y creyéndose más justificado y salvo que cualquier otra persona en la Tierra? ¿cuántos cristianos alejan más que acercan de Dios a los demás cuándo hablan?.

Fíjate en algo. Es muy curioso observar las diferentes reacciones de la gente ante las palabras de Jesús. Estas reacciones se han convertido en patrones universales de la manera como la gente ha reaccionado a través de la historia al mensaje de Jesús y a la Palabra de Dios. Por una parte tenemos la reacciones de los convencidos (vv. 40-41), después tenemos la reacción de los contrarios (vv. 41b-42), también la reacción de los hostiles (vv. 43-44), así como el rechazo de los confundidos (vv. 45-46), y la reacción de las autoridades religiosas (vv. 47-52). Pese a estas actitudes nadie se atrevió a tocar a Jesús. Esto demuestra que ni el status de las autoridades, ni el odio de los contrarios podían con el respeto que sentían hacia Jesús.

Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre la necesidad de transmitir respeto hacia los que nos rodean cuando hablemos de la Palabra. Hablar de Dios con la gente que tenemos alrededor es una obligación del cristiano. Pero lo tenemos que hacer desde el amor, la humildad y el respeto. Seguramente encontraremos las reacciones que hemos visto en este pasaje, pero el común denominador, el respeto, era una característica de todos los que escuchaban a Jesús.

Haz que, con la gracia de Dios, la fe en Cristo, y el don del Espíritu, broten de ti ríos de agua viva que inunden los corazones de los que te rodean. Siempre con amor, humildad y respeto, y para gloria de Dios.

Tiempo de oración

Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. Tengo sed de ti, Jesús, Hijo de Dios. Anhelo tu agua de vida. Mi espíritu está reseco hasta que me llenas del agua de tu Espíritu. Mi vitalidad se va desvaneciendo hasta que tu manantial de agua fluye dentro de mi, para nunca secarse. Nada excepto tu agua de vida logrará satisfacer mi sed más profunda. Ven y llena mi corazón sediento, mi Cristo. ¡Que mi copa revose de ti!. Amén.

Tiempo de meditación

Pon el video musical y medita, en silencio y con los ojos cerrados, la Palabra de Dios de hoy. La canción de hoy ‘Esperar en ti’ es de Jesús Adrián Romero. La letra dice: “Esperar en ti, difícil sé que es mi mente dice no, no es posible, pero mi corazón confiado está en ti, tu siempre has dio fiel me has sostenido y esperaré pacientemente aunque la duda me atormente yo no confío con la mente, lo hago con el corazón”.

¡Entra en acción!

Analiza tu actitud como persona cristiana y la actitud de los demás ante la proclamación de la Palabra:

1) Cuando hablas de Cristo y de su Evangelio ¿Te preocupas de que la gente vea que haces lo que proclamas? ¿tienes respeto hacia los que no piensan como tú? ¿te ganas la confianza de los demás infundiendo respeto y no menosprecio ni superioridad?. Recuerda que ganar personas para Cristo no es un debate o un juego en el que alguien gana y alguien pierde. Ganar personas para Cristo significa convencer, no vencer, en los corazones de la gente.

2) Analiza, también de qué forma los demás reaccionan ante la Palabra: ¿hay gente convencida que te apoya y quiere seguir hablando?, ¿hay gente contraria que intenta convencerte de lo absurdo de lo que dices? ¿hay gente hostil que se ríe de ti y se mofa de lo que proclamas? ¿hay gente confundida que se siente molesta por lo que dices? ¿hay gente muy religiosa que cree saber más que tú y estar mucho más cerca de Dios que los demás?.

Palabra para llevar contigo

Como tenía que pasar por Samaria, llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. En eso llegó a sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo: —Dame un poco de agua. Pero como los judíos no usan nada en común con los samaritanos, la mujer le respondió: —¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana? —Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida. —Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo; ¿de dónde, pues, vas a sacar esa agua que da vida? ¿Acaso eres tú superior a nuestro padre Jacob, que nos dejó este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado? —Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna. —Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla..

Juan 4:4-15 (NVI)


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Los versículos están sacados de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional™. NVI™ Copyright © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.

‘A solas con el padre’ está basado en el devocional de la Iglesia Metodista Unida ‘El Aposento Alto’. Puedes visitar su página web en: http://www.upperroom.org/elaposentoalto/

Este devocionario sigue una línea cristiana, protestante y metodista wesleyana. En España tienes dos iglesias de raíz wesleyana. La Iglesia Metodista ubicada en Barcelona, Sant Cugat del Vallès y Girona; y la Iglesia del Nazareno que está en Madrid. Si quieres saber más puedes visitar sus páginas web: http://www.metodista.es y http://www.nazmadrid.org/

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